En un territorio que tienen mejor infraestructura es mucho más fácil desarrollar iniciativas productivas, lo que lógicamente mejorará las condiciones de competitividad. Una buena infraestructura aumenta la productividad y rebaja los costos de producción, ayuda a generar empleo y como consecuencias genera rentas que permiten incrementar los ingresos fiscales sin la necesidad de aumentar los impuestos a las personas.
Queremos detenernos en dos consecuencias positivas de una buena infraestructura dentro de un espacio territorial determinado.
- Hace posible la integración social interna y mejoras en la calidad de vida de las personas.
- Permite la optimización económica del territorio y de su organización y desarrollo, apoyando el crecimiento de la productividad y de la competitividad del país.
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