El “boom
tecnológico” mediante el desarrollo de las baterías de iones de litio ha
significado que este mineral se convierta en una materia prácticamente
“insustituible” de la vida moderna. Cada uno de los miles de millones de celulares,
computadores personales, herramientas eléctricas, agendas electrónicas o
reproductores MP3, entre otros, necesitan litio para su funcionamiento.
Pero han sido las proyecciones de la demanda a futuro por vehículos eléctricos e híbridos eléctricos lo que ha despertado el interés de los mercados internacionales en este mineral. Es que la meta de disminución de las emisiones de CO2, hace prever el necesario aumento de otras fuentes, que reemplacen al petróleo, como combustible principal de los vehículos. En este sentido, el desarrollo de modelos económicamente accesibles de vehículos eléctricos, ha ido avanzando rápidamente. Se estima que entre 2009 y 2012 aproximadamente diez fabricantes de vehículos presentarán modelos eléctricos e híbridos-eléctricos utilizando baterías de litio. Y para 2012, más de dos millones de vehículos de este tipo estarán ya disponibles.
Las ambiciosas expectativas de demanda futura de litio han disparado los precios en los últimos años. Entre 1999 y 2008, el precio promedio del carbonato de litio creció en 222%, lo que significa un aumento promedio anual del orden de 13,9%.
Para los próximos diez años se proyecta un crecimiento anual de la demanda por litio en un 5%. Y dentro, de eso, las baterías recargables serían las protagonistas, con tasas cercanas al 10% anual. Hacia 2018, las baterías recargables representarán el 42% de la demanda (en 2008 la cifra fue de 27%) y las destinadas a vehículos representarán entre el 10% y el 15%.
Pero han sido las proyecciones de la demanda a futuro por vehículos eléctricos e híbridos eléctricos lo que ha despertado el interés de los mercados internacionales en este mineral. Es que la meta de disminución de las emisiones de CO2, hace prever el necesario aumento de otras fuentes, que reemplacen al petróleo, como combustible principal de los vehículos. En este sentido, el desarrollo de modelos económicamente accesibles de vehículos eléctricos, ha ido avanzando rápidamente. Se estima que entre 2009 y 2012 aproximadamente diez fabricantes de vehículos presentarán modelos eléctricos e híbridos-eléctricos utilizando baterías de litio. Y para 2012, más de dos millones de vehículos de este tipo estarán ya disponibles.
Las ambiciosas expectativas de demanda futura de litio han disparado los precios en los últimos años. Entre 1999 y 2008, el precio promedio del carbonato de litio creció en 222%, lo que significa un aumento promedio anual del orden de 13,9%.
Para los próximos diez años se proyecta un crecimiento anual de la demanda por litio en un 5%. Y dentro, de eso, las baterías recargables serían las protagonistas, con tasas cercanas al 10% anual. Hacia 2018, las baterías recargables representarán el 42% de la demanda (en 2008 la cifra fue de 27%) y las destinadas a vehículos representarán entre el 10% y el 15%.
En particular, ha sido durante los últimos diez años donde la
industria global del litio experimentó un considerable cambio, pasando la
demanda mundial de carbonato de litio de 45.000 ton a 90.000 ton.
En la actualidad, de la demanda mundial por litio, el 46% es por carbonato de litio, 21% por concentrado de litio, 13% por hidróxido de litio, 5% por butil litio, 4% por litio metálico, 3% por cloruro de litio, y un 8% por otros derivados del litio.
El litio se utiliza como materia prima en diversas industrias. Según SQM (2009), las “baterías” representan la principal aplicación con el 27% de la demanda total; “grasas lubricantes” representan el 12% de la demanda; “fritas” el 9%; “vidrios y cerámicas” constituyen el 8%; “aire acondicionado” el 5%; “aluminio” el 4%; “polímeros” el 4%; “usos farmacéuticos” el 3%; y “colada continua” con un 3%.
En la actualidad, de la demanda mundial por litio, el 46% es por carbonato de litio, 21% por concentrado de litio, 13% por hidróxido de litio, 5% por butil litio, 4% por litio metálico, 3% por cloruro de litio, y un 8% por otros derivados del litio.
El litio se utiliza como materia prima en diversas industrias. Según SQM (2009), las “baterías” representan la principal aplicación con el 27% de la demanda total; “grasas lubricantes” representan el 12% de la demanda; “fritas” el 9%; “vidrios y cerámicas” constituyen el 8%; “aire acondicionado” el 5%; “aluminio” el 4%; “polímeros” el 4%; “usos farmacéuticos” el 3%; y “colada continua” con un 3%.
Durante 2008, la producción mundial de litio metálico alcanzó
las 27.400 ton, mostrando un incremento cercano al 90% de las 13.000 toneladas
que se producían en 2000, lo que significa un incremento promedio anual de un
8% aproximadamente (USGS, 2009). La producción mundial de litio se concentra
fundamentalmente en cuatro países: Chile, que lidera el mercado con una
participación del 44% de la producción (mediante salmueras), le siguen
Australia con una participación del 25% (mediante espodumeno), China y
Argentina alcanzan un 13% y 12% respectivamente de participación de la
producción mundial (mediante salmueras).
La alta concentración que se evidencia en cuanto a los países
que participan en la minería del litio lo es también en cuanto a las
principales compañías que participan en esta industria. Tan solo tres empresas
concentran prácticamente el 77% de la producción mundial de litio. La mayor
participación de mercado la tiene SQM (ex Soquimich) con un 30% del mercado, a
partir de su producción en las plantas del Salar de Atacama; Chemetall, la
segunda compañía en tamaño, tiene una participación de mercado de un 28%, a
partir de plantas en el Salar de Atacama (SCL) y Silver Peak en Nevada (Estados
Unidos); FMC Corporation, con operaciones en el Salar del Hombre Muerto en
Argentina, es la tercera compañía en importancia a nivel mundial, y representa
el 19% del mercado. Por otra parte, Talison Minerals –el único productor de
mineral de litio en Australia– es el líder mundial en la producción de
concentrados de litio a partir de minerales, el que es exportado a China para
la producción de carbonato de litio y sus derivados.
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