Para lograr un
mejoramiento permanente del bienestar del país, o mejores condiciones
económicas y sociales, el único camino es el crecimiento económico sostenido,
sustentable ambientalmente, y con igualdad social. El marco de referencia para
implementar éste fundamento es la vigencia de un orden económico centrado en el
mercado.
El crecimiento
económico mencionado, requiere entre sus pre-requisitos, de rápido crecimiento
y diversificación del comercio exterior, en términos de importación y
exportación, y la proyección a un equilibrio entre las dos. En este contexto,
el pequeño mercado interno necesita una ampliación y diversificación de las
exportaciones con productos competitivos, que al mismo tiempo genera como
contrapartida natural corrientes de importación para:
Sostener el crecimiento de la
producción destinada a las exportaciones que requiere de materias primas y bienes
de capital extranjeros.
Los bienes de consumo duraderos y no duraderos, para satisfacer el
consumo interno, básicamente en los sectores en que el País no cuenta con posibilidades
competitivas de producción nacional, tanto en calidad y como en precios.
Las
importaciones no se contraponen con el desarrollo de las actividades económicas
de bienes nacionales competitivos, sino que al contrario, ambas partes, en un
orden de competencia, se interactúan positivamente para un mayor crecimiento
económico y beneficio empresarial mutuo.
En el mundo actual, hay
claros ejemplos que demuestran que solamente los países con un activo comercio
exterior han conseguido aumentar su nivel de actividad, incrementar las
inversiones extranjeras y mejorar su nivel de vida. Dentro de ellos hay
ejemplos espectaculares como los llamados “Tigres de Asia”: Singapur, Taiwán,
Corea del Sur y Hong Kong, que han conseguido casi sin recursos naturales revertir
totalmente su situación previa, alcanzando niveles de prosperidad insospechados
y justamente lo hicieron a través de la importación y transformación inicial,
tanto de materia prima como insumos, utilizando la tecnología disponible de
manera eficiente.
Finalmente, vemos que con una economía abierta tendremos
la oportunidad de participar en la conquista de mercados internacionales y la
competencia propia que genera la importación, debe cumplir un papel dinamizador
de la competitividad interna y tendiendo a la óptima asignación de los
recursos, que es la clave para lograr el crecimiento económico y el
mejoramiento del nivel de bienestar general, así como una constante y natural
control de precios, vía competitividad.
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